Trabajando desde el cuerpo, ampliando la consciencia de ser y estar en el presente.
Contacto Terapéutico
viernes, 13 de septiembre de 2013
La Autoestima consiste en:
Confiar en nuestra capacidad de pensar y de afrontar los retos de la vida.
Confiar en nuestro derecho a ser feliz, el sentimiento de ser digno, merecedor y tener el derecho a afirmar nuestras necesidades y a gozar de los frutos de nuestros esfuerzos.
Por otro lado, cuando tenemos una autoestima débil nos sentimos como víctimas de las circunstancias, entregando nuestro poder al exterior y saboteando nuestra felicidad. Algunas formas que tenemos de ’no amarnos’ son:
Nos criticamos continuamente.
Mal-tratamos a nuestro cuerpo con una alimentación desequilibrada.
Aceptamos creer que no somos dignos de amor.
Nos creamos enfermedades por falta de cuidado físico y emocional.
Vamos posponiendo actividades que nos beneficiarían.
Vivimos en medio del caos y el desorden.
Nos exigimos hacerlo todo perfecto.
Nos creamos deudas y obligaciones.
Creemos que somos menos valiosos que los demás, nos comparamos.
Nos sentimos culpables de nuestros sentimientos, de sentir lo que sentimos.
Creamos adicciones tóxicas (tabaco, alcohol, comida, drogas…) para evadirnos de nuestros sentimientos y no tomar responsabilidad sobre nuestras vidas.
Creemos que es más importante la felicidad de los demás, que la nuestra.
Atraemos relaciones donde no nos valoran.
Dejamos de expresar nuestras necesidades.
Buscamos siempre la aprobación de los demás.
No marcamos nuestros límites.
Decimos “Sí” por complacer al otro, para que nos amen.
Éstas son sólo algunas de las actitudes que provienen de una autoestima débil, y cuanto más actuemos de este modo, más se debilitará nuestra autoestima. ¿Qué forma tienes tú de no amarte?
Cómo fortalecer tu autoestima
La forma de fortalecer nuestra autoestima es mediante actos amorosos hacia nosotros mismos. Cuando nos amamos, nos respetamos totalmente tal y como somos en este momento, sin esperar que todo lo exterior sea perfecto para amarnos. Aceptamos lo que sentimos y lo que estamos viviendo en cada etapa de nuestra vida. ¡Somos auténticos!
Amarnos no dependerá de la aprobación de los demás. No necesitaremos alimentar nuestro “ego” mediante el reconocimiento externo, la adulación ni la alabanza. La autoestima sana proviene de un amor profundo por nosotros mismos, por nuestra vida, por nuestros sentimientos, por nuestros logros y fracasos, por nuestro dolor y por nuestra alegría. Cuando abrazamos a todo nuestro ser con sus luces y sus sombras, estamos amándonos completamente.
La persona con una autoestima elevada actúa con coherencia, entre lo que dice, hace y piensa. Es una persona con integridad, honestidad, respeto hacía sí misma y los demás. Posee un compromiso leal con su vida y sus sueños. Valora su vida y respeta la de los demás. No necesita manipular para conseguir sus objetivos y posee un alto grado de humildad frente a la creencia de estar en posesión de la verdad. Cuanto más saludable sea nuestra autoestima, más nos inclinaremos a tratarnos a nosotros y a los demás con respeto.
(Libertad templaria namaste.)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario