En esta agitada vida que llevamos nos olvidamos de nuestro cuerpo, nos da señales de cansancio, de alerta, pero nos encontramos tan ocupados que no le damos la importancia que amerita, a veces se prolonga tanto y es tan intenso el estrés en que vivimos, que el cuerpo se enferma.
Cuando te haces un masaje entras en contacto con tu cuerpo, descubres dolores apaciguados, si te entregas a la experiencia puedes lograr un estado profundo de meditación.
Los beneficios del masaje son numerosos, vale la pena destacar algunos de ellos como:
Favorece la circulación sanguínea, estimula el sistema linfático, mejora la irrigación de los tejidos, contribuye al drenaje y eliminación de toxinas.
Mejoramiento general del funcionamiento orgánico, contribuye a la digestión, disminución de la tensión sanguínea, aumenta los intercambios respiratorios.
Aumenta la sensibilidad y percepción interna y externa. Lo cual favorece a la toma de consciencia de nuestras necesidades, como prestar mayor atención a sí mismo y la noción del ritmo de vida que se lleva.
Recuerda a nuestro cuerpo, a nuestros músculos, a nuestra mente lo que es estar relajado, liberar estados reprimidos de tensión.
Calmar física, mental y emocionalmente dejando tu cuerpo renovado.
Es un regalo para ti, para tu espíritu, para tu ser.

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